A la muerte

Octubre 2023


Querida amiga:

Sólo dormida abrazo tu existencia. Abro los ojos y me despido de la semilla de tu aliento con olor a café. No te extraño porque de mi lado no te separas, sigo escuchando tu voz de fuego, aunque la luz de mis ojos nos divida. Tus manos frías acarician mi cabello negro que te espera en la almohada. Estamos juntas en la pesadez de la vivencia fugaz.

Necesito agradecerte de manera oficial que me hayas dado un propósito. Todo es más fácil sabiendo que estás ahí. Es por ti que escribo, amo, disfruto y anhelo. Es por tí que logro aniquilar mis dudas existenciales, y es por ti que me consumo en la valentía de vivir. Gracias por la promesa del descanso, por la ilusión de la noche, por esa tierra oscura y húmeda que nos acoge a todos. Tengo esculturas tuyas en mi casa, me gusta el recuerdo de esa máscara humana que nos forma con huesos y significado. Me encanta sentirte cerca, igual que en el frío del invierno, el arcoíris del cosmos. Evocar tu palabra logra que mis miedos se vayan. Eres mi única seguridad, mi verdadera amiga, mi verdadero amor.

Cuando leo el tarot siempre estoy volteando a ver al norte, a tu tierra, al Mictlán. Siento que me guías en medio de las inconsistencias del mundo físico y material. Es muy fácil para mí perderme en el delirio de mi razonamiento, dejarme ir por los gritos que me avienta el ego, hacerle caso a mis memorias y a la ansiedad que da el futuro. Pero tú me traes de regreso al plano donde todos somos lo mismo, donde nuestras experiencias son siempre colectivas, donde nos fortalecemos al reconocernos, donde las flores huelen a recuerdos de infancias, donde se deterioran nuestros cuerpos con la hermosa esperanza de volver al origen.

Ahora que vivo lejos del lugar que me vio nacer, me doy cuenta de que tu fama no es la misma en todos lados. Aquí, en el supuesto epítome de la civilización, siento que nadie te quiere aceptar. Siento que te evitan esperando nunca verte, que hasta te perciben como enemiga. Yo les trato de explicar lo hermosa que eres, la maravilla que es tenerte como compañera, la riqueza que trae el reconocer tu poder innegable. No quieren escuchar. Negarte es su herramienta para poder sostener el engaño que es la individualidad. Les hablo de tus colores infinitos, de tus invisibles rayos de luz, de las majestuosas frecuencias de sonidos que nuestros oídos jamás podrán escuchar, del glorioso canto con el que nos arrojas al mundo. Pero siguen tercos con que nos separas. No entienden que en realidad nos unes, que tú eres la fuente de sentido, lo único que permanece. Y yo les digo con orgullo que cada año te celebramos. Y no entienden, les da miedo, prefieren quedarse ciegos. Sé que tu luz encandila, pero no es para temerle, es para admirarle.

Este año te haré una fiesta en mi casa. Invitaré a gente que, como yo, sabe lo que es festejarte. Te prenderemos velas a ti y a los que ya están contigo. Yo extraño a un montón de gente que ahora te acompaña, ¿podrías darles un abrazo con mucho amor, como yo lo haría? Diles que también están invitados, que aquí les pondremos música, comida, bebida, y todo lo que les gustaba. Aquí los vamos a recordar con todo el cariño que aún nos tenemos. Aquí celebraremos su presencia invisible, su paso por la vida, el amor que repartieron por todo el mundo. Aquí enfloreceremos su existencia, la de nosotros y la tuya. Aquí adornaremos la noche con tu ternura, con nuestra intención, y con la maravilla que ha sido ser.

Para despedirme te recuerdo que aún me debes un par de respuestas respecto a la manera en la que funciona la realidad, sigo confundidísima con la ilusión de la existencia. Espero que para la fiesta te pongas los ojos de vidrio que hizo mi Papá Javier, la corbata que tejió mi abuelita María Elena, los poemas de amor que escribió mi Papá Salvador, y la comedia involuntaria de mi mamá Nuni. Cuando te vea envuelta en los recuerdos que ellos me traen, lograré conectar con lo que nos une: una profunda admiración a la vida bien vivida.

Con mucho, muchísimo amor,

Elba


Sobre la autora:
Elba Quintero (Guadalajara, 1984). Mexicana porque no tuve opción, berlinesa porque al final sí la tuve. Nacida en los ochentas – en medio de las exigencias irracionales tapatías – mi estado consciente se fue (trans)formando para crear rebeldía encausada a distintas formas de pensamiento y acciones sociales. Escritora, brand lead en healthtech, aspirante a fotógrafa, obsesionada con los tacos, la Bauhaus, la cosmovisión mexica y Mafalda. Mi escritura toca temas como migración, feminismo, salud mental, identidad digital y Berlín. Las palabras se me presentan en forma de poesía, crónicas, ensayo y memorias. Formo parte de la junta de Women Writing Berlin Lab, y colaboro con Karne Kunst y Habitar la Imagen. Desarrollo proyectos personales colaborando con animadoras, escritoras, fotógrafas y poetas.

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