El balcón y la tormenta

I’ve been sleeping so long in a twenty year dark night and now, I see daylight
Taylor Swift -Daylight

La luz que daba en mi balcón era mi favorita, pues justo el sol me daba los buenos días y como unos brazos color caramelo me envolvía en un dulce susurro que decía, una y otra vez, “Unos cinco minutos más”. Me sentía una chica con suerte mientras el mundo se acomodaba para un día más y unos ojos miel me llenaban de besos con un café cargado.

Los tiempos oscuros se habían terminado y el deseo de continuar estaba tan presente, pues mi amor ya no tenía espinas, por fin se sentía la frescura y suavidad de un rosal floreciendo, la dicha flotaba a mi alrededor y es que, cómo no hacerlo si las tormentas se habían disipado para darme los días soleados, cálidos y llenos de la brisa para avanzar.

El camino a casa siempre se sentía como el inicio de algo nuevo; sorpresas, caricias y nuevas experiencias que me esperaban al anochecer. Las cosas se fijaban en un solo camino que seguíamos tomados de la mano, pues seguíamos la cuerda dorada que nos unía y siempre nos llevaba de vuelta a nuestra habitación, a reír mientras observábamos la noche en el balcón mientras tomábamos vino y las risas eran interminables. La familia creció con un pequeño gatito dorado, al que amamos y cuidamos con tanto amor. La idea de tener que compartir esos momentos especiales regaban mi jardín, aquel que había quedado destrozado y que ahora mismo estaba en su momento más fértil.

Como todo en la vida, los cambios traen lluvias, pero en mi caso fue una tormenta torrencial, el jardín fue destruido, no en su totalidad, pero sí causo grandes estragos, pues en esa tormenta salió su nombre, sus mensajes y tu vida paralela. Me quedé fría, empapada de la verdad, el dolor no me dejo reaccionar, mis pies se quedaron estáticos en esa habitación. Justo cuando necesitaba un poco de aire, me arrastre hacia la ventana del patio trasero de casa porque me negaba a abrir ese maldito balcón en donde lo único que tenía en mi memoria, era tu rostro subiendo con emoción cada vez que te escabullías de tu cama para llegar justo a la mía. Estoy tan acostumbrada a tu alieno de café amargo y a tus brazos que me acogían cuando tenía una pesadilla, ahora solo tengo el recuerdo doloroso de tu espacio vacío. No sé, tal vez escriba toda la noche, tal vez solo te reproduzca en la mente o me quede en silencio escuchando mis lagrimas caer.

Tengo la firme creencia que ahora mismo, mientras observo el desastre que soy, tengo solo una cosa clara, que las tormentas paran, porque finalmente estaré limpia.


Sobre la autora: Kimberly Patricia Juárez Vázquez. Escritora de sueños y egresada de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMèx), en la Licenciatura en Derecho Internacional. Cuenta con publicaciones en diversas revistas literarias con diversas temáticas, entre ellas, Especulativas, La Coyolxauhqui, Elipsis, Ibidem, Raíces, y escritora frecuente en la revista Lunáticas. Amante de la música y las letras, que combina es su sello más personal.

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