Porque ya estaba escrito

Estarás por siempre en mi vida y en la vida de mi madre, con tu espíritu inmortal que ahora rige en nuestro hogar.

Cuando mi corazón adolescente apenas abría sus hojas, ahí ya te encontrabas tú.  Flotabas como una fragancia, extendiendo la flor y perfumando todo a su alrededor. Con tu tierna suavidad florecías en mí, te formé con todo mi ser. Todo tú se albergó en mi cuerpo.

Fuiste mi primer amor, ese que bajó del cielo otorgándome la dicha más hermosa del mundo, poder tenerte entre mis brazos frágiles. Poder sentir tu cálido cuerpo, tu piel junto a la mía, estrechar tu pequeña manita en forma de acaricia, contemplar tu mirada, tus ojos del mismo color que el campo verde. Tuve la dicha de escucharte pronunciar tu primera palabra, de reconocerme como madre, de tejer un sueño infinito y definir el tiempo con templanza.

Hasta que de pronto, se cerraron las cortinas y todo se oscureció.

Hoy la música para de golpe y el silencio lo toma todo, una pregunta al viento lo detona, mis sentidos lo perciben inverosímil. La noche se hace larga, la lluvia se vuelve salada. Es un instante interminable donde se me junta la piel con los huesos.

Se humedece la vida, se me desliza hasta la nostalgia.

Mis pies se vuelven pesados y me cuesta caminar, entonces me hago poesía para poder escribirte palabras cuando el dolor ha enmudecido mi boca, cuando me he convertido en silencio.

Te escribo poesía para poder escuchar cuando te aproximas con suaves aleteos en forma de colibrí volando con el viento de este casi invierno.

Sé bien que nunca te gustó el encierro, por eso ahora te busco en las estaciones del año, en las flores cercanas, en cada vuelo libre que observo.

Te he de esperar en la sempiterna tarde de octubre cuando se pinta de amarillo, en cada pétalo, porque sé cuánto amabas las flores y los colores

Sé que llegarás con los fríos de diciembre, y yo te esperaré con mi tibio rebozo azul envolviéndome en su calor mientras tomo una taza de té
y mi corazón se reconforta al recordar los momentos que pasamos juntos. 

Porque sí, es muy duro ya no poder vernos
pero aún podemos sentirnos y acompañarnos.

Porque el cuerpo se va, pero nuestro amor es eterno y no entiende de tiempo, ni espacio, así que yo me quedo aquí cantando para que puedas reconocer mi voz y no te pierdas, para que siempre puedas llegar.

Yo te espero aquí y te acompaño, cada día, no hay prisa.

No sé cuántas canciones tendré que cantar, cuantos inviernos llegarán, pero aquí seguiré.

Aquí estaré, hasta que un día mi corazón se detenga, y tú ya debas regresar
Seré yo quien tenga que ir hasta allá
y cuando llegue ese momento te voy a abrazar, a besar y dormirás en mi pecho toda una eternidad.

Cuando llegue ese momento, se sacudirán en nuestras memorias y olvidaremos todo el tiempo ausente, y te besaré en la frente.
En ese beso te daré todo el cariño y la ternura que guardé solo para ti
Y podrás reconocer dentro de lo posible lo imposible, el reencontrarnos.

 
En ese momento no habrá más dolor, no habrá angustia, no habrá ausencia, todo será recompensado. Podrás abrir tus brazos y sonreír. En realidad, no importa si dicho encuentro dura solo un instante o toda la eternidad, pues todo habrá valido la pena por ese único abrazo perdido en el tiempo.
Nos haremos humo, almas que recuerdan, almas de infinitos que atraviesan de la tierra al cielo.
Dibujaremos el camino que nos lleve a donde debemos llegar.

Llegará el momento, ese donde me recueste en el pecho de la muerte piadosa, liberadora, incomprendida y a veces tan repudiada, pero tan mía, tan nuestra, así como la vida misma. La muerte, tan serena y tranquila como la conciencia del orbe.


Sobre la autora:
Bibiana Carmona Monsalvo (46 años). Madre de tres hijos, narradora oral desde hace cinco años. Ha participado en Faro Tláhuac en los sábados de narraciones orales, así como en la Feria Internacional del Libro del Zócalo (2018), en las Jornadas por las lecturas en escuelas primarias, y en la IV Feria Internacional del Palacio de Minería. Es autora del relato “Carta a mi madre” publicado en la antología “[Sobre]Vivir. Hilando historias” de CORDA Ediciones 2023.

Foto de Gabriel Cattaruzzi en Unsplash

6 comentarios en “Porque ya estaba escrito

    1. Muchas felicidades amiga!
      Escribir es y será una de las mejores maneras de sacar el dolor y los sentimientos guardados en el corazón. Que tu corazón sane y se repare en cada palabra escrita desde el fondo de tu pecho, que tus sentimientos más profundos se hagan presentes para que tu cuerpo sane y siga fuerte., de pie con la cabeza erguida de felicidad y paz, nunca de soberbia y altanería.
      Que lo que venga a tu mente sea para seguir creciendo en cada etapa de tu vida, que te permita dar pasos firmes y fuertes para que nadie, pero nadie se atreva a hacerte sentir menos.
      Que esa mujer hermosa que llevas dentro de ti, se refleje todos los días. Que sea la mayor motivación que tengas al ver su reflejo todas las mañanas en el espejo, que su sonrisa y su mirada no la abandonen para que con ese brillo de felicidad y satisfacción se sepa libre, volando por sus sueños cada mañana al despertar, dispuesta a no rendirse por nada, ni por nadie porque levantar el vuelo es apenas el comienzo de una largo viaje por la vida.
      Una vida llena de esperanza, amor, paz y satisfacción personal.
      Vuela libre, vuela alto y no te detengas por muy fuertes que soplen los vientos. Vuela al infinito y más allá de lo que tú te creías capaz de ser y hacer, porque hoy, ya no eres la misma de ayer, ni serás la misma mañana.
      Cada día tienes la oportunidad de ser mejor y ser lo que tu quieras ser. Eres libre de elegir ser diferente y única en cada despertar.
      Que tu vuelo sea eterno y alcances tus sueños cada día.
      Atte: Tu amiga que no te ve pero se acuerda de ti y esta orgullosa de lo que has logrado. AAL.

      1. Angy muchas gracias 🫂🌹 por todo,y claro que aún que no nos vemos seguido se que siempre puedo contar contigo,te abrazo fuerte 🫂🙏🙏🏼 te quiero mucho angy

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